La Fauna de Teärolin - Los Squibbs
Los Squibbs son unos seres muy sociables y altamente zalameros. Son muy cariñosos, pegajosos, muy expresivos y extremadamente carismáticos.
Su altura estándar es de 40 cms. aproximadamente, no tienen extremidades superiores, sosteniéndose únicamente sobre dos extremidades inferiores (son bípedos). Sus patas son peluditas en el empeine, y tienen una planta almohadillada, lo cual les hace muy sigilosos al andar (cuando quieren, porque les encanta pasar poco desapercibidos, salvo en ocasiones de peligro).
Son regordetes y cálidos y se caracterizan por sus enormes orejas, que contribuyen a conferir expresividad a sus ademanes. La cabeza no parece estar separada del tronco del cuerpo por un cuello, si no que más bien parece ser una parte continuación de la otra.
Sus ojos dan la sensación de estar siempre a medio camino de cerrarse, por lo que da la sensación que pasan el día somnolientos (motivo por el cual cuando no se les conoce uno piensa que están dormidos y no van a hacer nada, y es cuando ellos *ZAS* aprovechan a apoderarse de toda la comida que encuentran a su alcance, en especial el chocolate; hacerse los dormidos es su táctica de distracción favorita), y el color de la piel que rodea sus ojitos es de un tono algo más liloso.
Tienen una boca grande y prominente con unos dientes grandes, que no acaban en punta como los colmillos, si no que parecen ser más bien herbívoros. Son muy coquetos y se preocupan de tener siempre los dientes blancos (uno de sus ataques principales es desconcertar al enemigos con su “sonrisa radiante” que hace que el contrario se quede deslumbrado el tiempo suficiente como para que el squibb arremeta con un coletazo).
A pesar de que en su mayoría son animalitos herbívoros, los que se han acostumbrado a la vida en sociedad al amparo de los elfos como los de Teärolin, han descubierto que los dulces y pasteles son un manjar delicioso, por encima de las bayas y las hojas. Curiosamente su “sonrisa radiante” no se ve afectada por la ingestión de azúcares, manteniendo la dentadura en perfecto estado siempre. Poseen una cola de escasa envergadura, pero muy contundente.
Tienen el lomo cubierto por una capa de pelo muy cortito, cuyo tacto recuerda al del musgo, esa capa se distribuye desde el extremo de la cola hasta la parte frontal de la cara de un squibb. Empieza siendo una mancha en el lomo y después a medida que crecen se extiende por el resto de su cuerpo.
Es señal de madurez entre ellos tener ese vello hasta la nariz (que en su caso no sobresale de la superficie de la cara si no que son dos oquedades en la misma, que quedan muy bien disimuladas, y se mueven apenas sin notarse, al producirse el intercambio de aires).
A primera vista no se aprecia una diferenciación física notoria entre machos y hembras, en lo que a constitución se refiere, la única cosa que los distingue entre sí es la tonalidad de piel. Los squibbs macho tienen un tono de piel rosaceo y las squibbs hembra un tono gris algo azulado.
De sus relaciones sociales no se sabe demasiado porque no han sido objeto de estudio profundo por ningún zoólogo de Eirea, pero se sabe que gustan de vivir en pequeños núcleos familiares, compuestos por los progenitores y los hijos de una o dos generaciones.
En ocasiones, cuando su hábitat se torna hostil y se encuentran viviendo en la intemperie, llegan a organizarse en bloques de varias familias. Son una organización totalmente anárquica pero no por ello desordenada, porque curiosamente el respeto que sienten los unos hacia los otros hace que en la mayoría de ocasiones actúen como una unidad.
No se conocen tampoco sus rituales de apareamiento, pero por lo que se ha podido comprobar de que es una especie minoritaria respecto del resto de fauna de los Reinos, no parecen unos animalitos muy prolíficos, por ello se cree que las camadas suelen ser de uno o dos bebés.
La frecuencia con la que mantienen relaciones y cuanto dura un embarazo squibb (en el caso de que sea un embarazo propiamente dicho) es algo desconocido, si bien es cierto que se han visto squibbs hembra con pequeñas bolsitas marsupiales cargando a los pequeños.
Los squibbs que viven en sociedades humanas, elfas o enanas son acomodados y no tienen que preocuparse por la construcción de un nido que ya les viene hecho, en cambio los squibbs rupestres construyen sus hogares en agujeros bajo tierra donde arroparse del frío, aunque algunos más comodones prefieren vivir en los huecos que encuentran entre los árboles.
Cuando hay un grupo de squibbs de número considerable, se decantan por la construcción de hábitat subterráneos, de más difícil acceso y por lo tanto más sencillo control para evitar a los extraños.
A pesar de ser seres eminentemente pacíficos no les gusta que les molesten y cuando se sienten amenazados recurren a sus armas básicas de sonrisa radiante, coletazo y algún que otro mordisco.
Dada la morfología de sus dientes, un mordisco de squibb no desgarra, pero si aprisiona y chafa a la presa. Emplean su masa corporal para saltar y dejarse caer con todo su peso, contra sus contrincantes.
Aunque en solitario carecen de muchas más defensas, porque además tienen un cuerpo blandito, poco protegido de los ataques punzantes (y por ello suelen rehuir la batalla), en grupo atacan en masa entre una ola imparable de coletazos, patadas y mordiscos y sonrisas.
Como último recursos tienen lo que se conoce como ataque “ojitos brillantes” que hace que no quieras pegarles y te marches dejándoles pacíficamente. Es un ataque que utilizan en escasas ocasiones porque requiere mucho esfuerzo y emplear en el todo su carisma.
Extracto de "La Fauna de Teärolin"
posted by Ysondra | 8:26 p. m.
|
0 comments
